A todos nos ha pasado conocer personas que sacan lo mejor de nosotros; nuestra mejor esencia, nuestra mejor cara, nuestros mejores sentimientos… Estar a su lado es una maravilla, ya que nos abrimos sin tapujos, el trato es natural y sin complicaciones. No es fácil encontrarlas, pero cuando pasa, se convierten en nuestros grandes aliados. Hablo de esas personas que nos aceptan tal y como somos, con nuestros defectos y virtudes, que al estar a su lado se minimizan nuestros defectos y se aumentan nuestras virtudes, esas que hacen que uno sea más valiente y optimista, esas que nos dicen verdades como puños de tal modo que no nos lo tomamos mal, sino como algo a tener en consideración, esas que no nos juzgan y nos comprenden, esas que nos animan a perseguir nuestros sueños porque creen en nosotros, esas que hacen que seamos mejores …
«¿Quieres aprovechar al máximo tu vida? Rodéate de esas personas que tienen la extraña virtud de sacar lo mejor de ti mismo.« (Pep Marí)
A lo largo de nuestra vida estamos continuamente relacionándonos con personas de todo tipo, unas nos aportan unas cosas, otras, en cambio, otras; unas nos sacan nuestro lado más bueno, otras, por el contrario, nuestro lado malo, lo importante es saber poner límites a las que nos puedan hacer daño y pasar el mayor tiempo posible con las que nos saquen lo mejor de nosotros .Parece fácil decirlo, pero en la práctica no es así, por lo general a casi todos en mayor o menor medida nos cuesta poner límites, ser asertivos y defendernos ante lo externo.
¿Quién no ha tenido relaciones con personas con las que hay que medir continuamente las palabras o tener cuidado con ciertas cosas, ya que se pueden ofender o molestar? o ¿quién no ha tenido relaciones con personas con las que no se tiene química o entendimiento? o ¿quién no ha tenido relaciones con personas que te absorben la energía y te cargan de negatividad? Lo ideal sería poder alejarnos de todas éstas y rodearnos de aquellos que saquen lo mejor de nosotros. Esto no es siempre posible, pero lo que sí es posible, es saber marcar límites y aprender a gestionarlas para que apenas nos afecten. Si aprendemos a hacer ésto, viviremos con mucha más paz y tranquilidad.
Os animo a empezar a conocer primero cuáles son vuestros límites, ya que las personas no los respetarán si no les indicáis dónde están. Esto os ayudará no solo a protegeros, sino a tener una idea más clara de quiénes sois y cómo queréis ser tratados, y por tanto, os facilitará las relaciones con los demás.
«Es bueno darse cuenta que cada persona que te encuentras tiene un rol en tu vida. Algunos te ponen a prueba, otros te aman, unos te utilizan y otros te enseñan. Pero los realmente importantes son los que sacan lo mejor de ti mismo. Son esas personas poco comunes y extraordinarias que dejan huellas en tu vida y te recuerdan que este mundo aún vale la pena”